Al referirnos a grabar nos podemos referir a un montón de cosas. Pero para ser específicos y no caer en redundancias, diremos que nos referimos al oficio de grabador. Este es el trabajo de dejar sobre una superficie algún dibujo, logo o marca que sea de nuestro agrado. Muchos productos actualmente gozan con una especie de grabado láser. Sin embargo es necesario aprender acerca del equipo que se usa para llevar a cabo el proceso.
Este se basa en un complejo sistema de generación de un haz de luz láser con una potencia bastante elevada que es dirigido hacia un artículo a grabar en general. Todo esto se logra mediante un sistema de espejos que reflejan el láser, lo regulan y lo guían hacia el lugar adecuado. El material se volatiliza y se calienta en la superficie por donde vaya pasando el rayo de luz permitiendo así el grabado deseado.
Un punto interesante de esta tecnología es que permite realizar cualquier cantidad de trabajo sobre diversas superficies sin llegar a dañarla como tal. Esto porque no se reciben colisiones, golpes o algo semejante durante el proceso. Tampoco ocurre un desgaste en la hoja de corte y por supuesto que la calidad llega a ser demasiado excelente. Puede llegar incluso a grabar sobre superficies bastante delgadas a comparación de otros procesos.
Una de las más claras ventajas es que la calidad y la limpieza de cada una de las líneas hechas con el láser son bastante aceptables. No tienen errores y la exactitud con la que puede llegar a verse todo el resultado es increíble. En la actualidad no existe otro proceso que pueda llegar a igualarse para conseguir la mayor calidad posible. Sin duda alguna es el mejor proceso a elegir para poder llevar a cabo cualquier diseño en cualquier material.
Sobre la velocidad del proceso podríamos decir que es totalmente asombrosa. Debido a la sencillez del proceso se evitan problemas con respecto a diversos formatos. También se elimina el factor de espera puesto que este proceso se lleva a cabo en un tiempo relativamente corto en comparación a otros métodos.
Este fue construido para ahorrar muchos costos. Se ve porque no se tiene ningún tipo de residuo después de todo el proceso ni nada por el estilo. Las máquinas de grabado láser suelen también tener un succionador de aire que limpia cualquier tipo de polvo que pueda dejar. Esto salvaguarda la salud de las personas que usen las máquinas y también de todos los clientes que se puedan encontrar cerca.
El proceso fue pensado para poder trabajar a una gran escala, por tal motivo la productividad es bastante elevada. Todo esto sin bajar ni siquiera un poco en sus estándares de calidad y eficacia. Realmente es un proceso en el que vale la pena invertir.
Obviamente para llevar a cabo el proceso se necesitará un juego o equipo de rayos láser. Este a su vez debe estar dotado de una fuente de alimentación y de algún sistema de refrigeración. Por lo general los láseres que se emplean durante el método son aquellos de CO2. Lo común es que estos permitan una potencia media de 100 vatios y una potencia pico o más elevada de unos 25 kilovatios.
El mecanizado por lo general también tiene un equipo que lo redirecciona para así poder controlarlo hacia donde sea que vaya dirigido. También existe un flujo especial de gas que elimina cualquier material sobrante y protege todas las lentes focalizadoras. Entre esos gases podemos encontrar sin ningún problema el argón.
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